viernes, 15 de agosto de 2025

Poema del día: "Mantenimiento", de Robyn Sarah (Canadá, 1949)


A veces lo mejor que puedo hacer
es sopa casera, o un parche en la rodilla
del mono del bebé.
Cosas que no podrías llamar poemas.
Cosas que se desparraman en la cabeza,
que se tragan
tardes enteras, sobrecargan la semana
hasta que se le ha ido del todo el elástico —
tanto
que ni siquiera hace un chasquido al romperse.
Y una semana pasada es
justo igual que la bolsa informe
de otra. Meses llenos de las mismas,
con las nuevas acercándose en la cinta y
llenándose de los mismos trastos: juguetes
bajo la cama, rodajas de berenjena sudando
sobre la tabla del pan, la lavadora
vomitando jabonaduras al retrete, calcetines
secándose en el radiador y cayéndose
por detrás donde el polvo permanece peludo y
lleno de sí mismo... ¡El polvo!
lo que podría contaros acerca
del polvo. Cómo se come las cosas —
lápices, capuchones de bolígrafos,
ovejas de plástico, cuadrados de abecedario.
Cómo teje capullos
en torno a ellas, aglutina y
asfixia todo cuanto se extravía en
sus dominios — botones,
peniques, canicas — y luego
cómo levanta, en una sola pieza,
pieles de polvo
gruesas como el mejor terciopelo
en la parte inferior de la fregona.

                                          A veces
lo mejor que puedo hacer
es mantenimiento: lo comido
sustituido por lo presto a ser comido, lo crudo
por lo cocido, lo manchado de líquido
por lo lavado y secado, lo rasgado
por lo remendado; cajas de cartón vacías
lanzadas escaleras abajo al sótano, las
latas apiladas en el estante, escombros
sellados dentro de monstruosas bolsas verdemoco
a la espera del basurero.

Y os contaré lo que
normalmente no te cuentan: no hay ninguna poesía
en ello. No hay poesía
en rascar cemento de la bandeja de la silla del bebé
con un cuchillo de cocina torcido, o en tratar de pescar
con el mango de una escoba detrás de la nevera
una pelota allí alojada. Ninguna en la pila
que está siempre llena, ocultando su cargamento
de loza bajo una cabeza
de jabonaduras grasientas. ¿Quizás habéis oído
que hay compensaciones? Eso también
es un mito. Las cosas no son de ese modo.
Los planos son diferentes. Incluso aunque haya
momentos cada día que te cogen del corazón
y le devuelven la agitación de la danza, de aquélla
cuyo ritmo perdiste, en algún lugar años atrás, — incluso
aunque en la mirada clara de tal momento atrapes
una vislumbre de la única cosa que vale la pena buscar —
llamar a esto compensación, es degradar.
Los planos son diferentes. Y es el
otro, el llamado mantenimiento,
el que más me hace gritar.
Me refiero a la rutina,
que empantana la mente, voz, manos
con cosas que no podrías llamar poemas.
Me refiero al hilo que se parte.
Al polvo entre
las teclas de la máquina de escribir.

Robyn Sarah, incluido en Antología de la poesía anglocanadiense contemporánea  (Los libros de la frontera, Barcelona, 1985, selec. y trad. de Bernd Dietz).

Otros poemas de Robyn Sarah


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jueves, 14 de agosto de 2025

Poema del día: "Falta de velas", de Umid Najjari (Azerbaiyán, nacido en Irán, 1989)


La falta de velas oscurece esta casa
Las paredes están frías por la mentira del horno
¿Qué sonidos se silencian al otro lado de estas paredes?
Todos tienen sed de manos al otro lado de las paredes
Sabrás más
Lo entenderás
Ignoro las habitaciones
Les hablo de las ventanas abiertas al mar
...ignoro los barcos –
Les hablo de los barcos que se ahogan en el mar.

...Solo deja la puerta abierta por las noches,
Olvida lo que pasa al otro lado de las paredes
¡Olvida lo que dije!
...ignoro el sol,
Enciende un fósforo para mí.

Umid Najjari, incluido en Revista Kametsa (2 de septiembre de 2021, Perú).

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miércoles, 13 de agosto de 2025

Poema del día: "Siempre", de Amado Nervo (México, 1870-1919)


¿Y cómo harás en lo futuro versos?
Haré mis versos sin hacerlos..., casi
fluidos, casi inmateriales, tenues,
sin palabras apenas,
o palabras que formen leve reja,
delgada reja, tras la cual asome,
tembloroso, mi espíritu desnudo;
mi espíritu sediento
y hambriento de supremas realidades,
ávido de saber la sola cosa
que hay que saber en vísperas
de la gran travesía...

—¿Y no amarás?
                        — ¡Ay!, sí, porque he nacido
para amar... Bien quisiera
que a lo invisible abriese su corola
únicamente el alma;
pero no puedo aún: ¡Eva sonríe,
y tras ella, prendido mi deseo
en el rayo de sol de su sonrisa,
vuela, incapaz de detenerse, amigo!

Me temo, pues, que mi postrero canto
sea un canto de amor.

Amado Nervo en El arquero divino (1920), incluido en Antología crítica de la poesía modernista hispanoamericana (Ediciones Hiperión, Madrid, 1992, selec. de José Olivio Jiménez).


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martes, 12 de agosto de 2025

Poema del día: "Tú, mujer de lago, eres de viento y de fragua...", de Pedro Tamen (Portugal, 1934-2021)


Tú, mujer de lago, eres de viento y de fragua,
de musgo y cualidad, y de contradicción.
Wolfgang escribiría otra música de agua
en tu cuerpo inconcluso, abierto a esta mano.

El aliento de las cosas e irregulares los versos
que escribo sin medida aquí en la tarde, laso,
nos visten, nos perciben y nos toman inmersos
en otro sosiego más que el tiempo pobre y escaso

en el que lejos llega un saco de agonías
de paño y cerrojo. Y sea como fuere,
en la lumbre que me quemas me alumbras,
lluvia mía de campo, y además, mujer, amor.

Pedro Tamen en Escrito de memoria (1973), incluido en Antología breve de la poesía portuguesa del siglo XX (Instituto Politécnico Nacional, México, 1998, selec. y trad. de Mario Morales Castro).

Otros poemas de Pedro Tamen

lunes, 11 de agosto de 2025

Poema del día: "Crónica de la infamia", de Helen Umaña (Honduras, 1948)


La sangre impregnó hasta las piedras.
Su voz clama en el desierto:
Que nada quede oculto.
Que se escudriñen los recuerdos.
Que se ubiquen los fragmentos soterrados.
Que surja la palabra
y restaure la memoria.

Sólo así
se apaciguarán los huesos
violentamente desgajados.

Sólo así
la sangre llegará al lugar de su quietud.

Helen Umaña, incluido en Altazor. Revista electrónica de literatura (1ª época, año 2, septiembre de 2022, Chile).

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domingo, 10 de agosto de 2025

Poema del día: "Leyendo a Baudelaire", de Vittoria Aganoor (Italia, 1855-1910)


Contemplo al arcángel exasperado
cuando la trompeta celeste toca
aparece en lo alto de espada armado
y contra las huestes rebeldes choca.

No se cuida de cogerlos de lado,
quién sabe qué fin en su mano se haya;
sino en el corazón contaminado
empuja el hierro que en el aire estalla.

Este implora con las manos cruzadas
ya muy tarde; y se quita la marca ese
del jefe guardián, en las escapadas.

Otros ríen en desafiantes hechos;
y el ángel que al fuerte lo favorece,
ensancha más la herida de sus pechos.

Vittoria Aganoor en Flores al borde del abismo (2022), incluido en Vallejo & Co. (29 de diciembre de 2020, Perú, trad. de Katherine Medina Rondón y Miguel Urbizagástegui).

Poemas de Charles Baudelaire en el blog

Otros poemas de Vittoria Aganoor


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sábado, 9 de agosto de 2025

Poema del día: "Romance de la soledad del alma", de Luisa de la Ascensión (España, 1565-1636)

Entra con sol soledad,
que aunque el sensible la daña,
otro mejor sol la baña
que es Sol de la eternidad.

Sol y Edad que con su lumbre
Edad tiene, sube y crece
quien de él alcanzar merece
que le bañe y que le alumbre.

Sol es que con luz divina
puede tanto en nuestro suelo,
que al alma le vuelve cielo,
y el sol por cielo camina.

De aqueste sol alumbrada
pido soledad, y sola
la pido por no estar sola
sino bien acompañada.

Que, mi bien, fuera de vos
cualquier otra compañía
soledad la llamaría
pues algo impide de Dios.

Y teniendo el mar en calma
tres potencias y una esencia,
siempre estáse en su presencia
con tres potencias y un alma.

¿Es soledad? No lo es.
Y soledad no hay alguna,
pues hay una para una
y se hallan tres para tres.

Entre sí en la soledad
se dan estrechos abrazos;
y allí son los fuertes lazos
que atando dan libertad.

Allí es toda en desasirse
de todo lo que es humano,
y sólo en lo soberano
sola en soledad unirse.

Cuanto hay más de criatura
tanto hay menos de Criador,
y tanto dura este amor
cuanto el que es Amor le dura.

Allí el amor unitivo
junta la parte a su todo,
y el cuerpo por cierto modo
anda sin el alma vivo.

Si el Alma y Dios, siendo dos,
son por amor una cosa,
digamos que el alma es Diosa
si es una cosa con Dios.

Y si en soledad la amada
con solo Dios tiene trato,
será en su celda un retrato
de una bienaventurada.

Y si la celda en latín
la prestó su nombre el cielo
porque hace cielo del suelo,
y caso del medio fin.

Nunca está oscura jamás
cuando sola está y se cierra;
porque sola en Sol se encierra
y fuera del Sol no hay más.

Mas fuera de esta exterior
soledad, razón sería,
hacerle a Dios, Alma mía,
otra celdica interior.

Un retrato inmaterial
sin yeso, piedra ni lodo,
siendo de espíritu todo,
que es Dios espiritual.

Donde esté siempre metida
con Dios el alma y su fuego,
a dar gracias con sosiego
sosegada y encendida.

Donde vea no mirando
a donde no mire viendo;
donde goce padeciendo
y do padezca gozando.

Donde sin saber, se halle
enseñada del Amor
donde un silencio hablador
hable siempre y siempre calle.

Donde se encoja y se extienda
y sin turbación se abaje;
donde hay un cierto lenguaje
que la entienda y no le entienda.

Donde coma y quede hambrienta,
donde de sed se traspase
y cuando más de agua pase
la deje sin sed sedienta.

Donde un grande sentimiento
no la deje sentir cosa;
donde estando siempre ociosa
no falte entretenimiento.

Donde siendo piedra viva,
esté a Dios cual blanda cera;
donde viviendo se muera
o bien muriendo a Dios viva.

Donde esté loca y sea cuerda,
adonde baje su vida,
donde de amores perdida
más se gane y no se pierda.

Donde guste sin sabor
maná de todos sabores,
donde huela sin olores
lo que huele a todo olor.

Donde sin colores vea
lo que es sin color hermoso,
y sin aire luminoso
lo descubre y lo airea.

Donde lo que no es sensible
lo sienta insensiblemente,
y reciba oscuramente
una luz inteligible.

Donde el amor unitivo
al espíritu inflamado
lo suba de grado en grado
al grado superlativo.

A donde enferme sanando,
y así sanando esté enferma;
donde vele y donde duerma
y esté dormida velando.

Donde viéndose sumida
en aquel profundo mar,
encallada con callar
toda se dé por vencida.

Luisa de la Ascensión, incluido en Poetisas españolas. Antología general (Ediciones Torremozas, Madrid, 1996, ed. de Luzmaría Jiménez Faro).


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