viernes, 17 de mayo de 2024

Poema del día: "Antepasados", de Edmund Blunden (Gran Bretaña, 1896-1974)


Anduvieron aquí, con sayo y con cayado,
trabajaron al sol, tendiéronse en la sombra;
del lecho del arroyo quitaron aquí el limo,
aquí limpió su hacha los calveros.
La cena despertó su ingenio en la cosecha
y la luna otoñal alumbró sus amores.

Con su novia salieron de esta iglesia;
desde esta iglesia misma ellos fueron llevados
en hombros; y por estos apartados caminos
sentáronse, y tomaron el pan y la cerveza.
Se olvidaron los nombres... Mas lo que ellos fueron,
sus casas campesinas lo declaran.

Los nombres se borraron, salvo pocos,
escritos torpemente en vieja y parda Biblia.
Hombres de corazón fueron, de temple,
a quienes la ciudad nunca llamaba.
Poco leían, poco sostenían la pluma,
pero el troj construyeron, la fragua y el molino.

En el césped, miraban a sus hijos
solazarse en los juegos, hasta cerrar la noche,
como, en tiempos, sus padres los miraron,
como mi padre me miraba un día;
y en tanto, escarabajos, murciélagos, volaban
por el aire oloroso de rocío y caliente.

Sin fama ni recuerdo,
hombres donde mis sendas comenzaron,
os conozco mirando vuestra tierra,
mas no sé lo que dentro de vosotros había...
Hay silencio; no queda ni un momento
que de vuestro vivir se haya salvado.

Como la abeja que me lanza el viento,
muy grávida de miel, hasta la mano,
desde su alto trono de hierba lombriguera,
por la tierra lozana y borrascosa,
en el trébol estoy ahora, y no sabría
quién hizo miel antaño.

Edmund Blunden, incluido en Antología de poetas ingleses modernos  (Editorial Gredos, Madrid, 1963, trad. de Marià Manent).


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jueves, 16 de mayo de 2024

Poema del día: "Hada Morgana", de Christina Rossetti (Gran Bretaña, 1830-1894)


Un fantasma de ojos azules se ríe
a lo lejos, dando saltos hacia poniente:
una guía que perseguiré para siempre:
tomo aliento y me lanzo a correr.

La luz del sol rompe todas las obligaciones:
canturrea mientras salta
entre los cencerros de las ovejas
una canción de ensueño.

Me río, es tan alegre y jovial,
antes lloraba de lo lejos que la sentía,
ahora espero acostumbrarme algún día,
acostarme y conciliar el sueño.

Christina Rossetti, incluido en Antología de poetas inglesas del siglo XIX (Alba Editorial, Barcelona, 2021, trad. de Xandru Fernández y Gonzalo Torné).

Otros poemas de Christina Rossetti


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miércoles, 15 de mayo de 2024

Poema del día: "Endecasílabos", de María Gertrudis Hore (España, 1742-1801)


Los dulcísimos metros que tu pluma
hoy me dirige, amada amiga mía,
fueran el refrigerio más gustoso
si admitieran alguno mis fatigas:
la paz, con que el amor y la fortuna
la bella unión coronan a porfía
de tantas bellas almas, que su culto
engrandecen con ver que se dedican,
celebrara, si acaso ser pudiera
que por bien estimara la alegría;
mas yo que la conozco cierto anuncio
de tristezas, pesares y fatigas,
compadezco las almas que engañadas
en su inconstante duración se fían,
y huyendo del contagio que las cerca
me acojo a mi feliz melancolía.

Si esta cede al encanto que le ofrecen
de tu discurso las pinturas vivas,
mil funestos objetos me prevengo
porque conserven las tristezas mías.
¡Qué estado tan feliz! Quien le conoce
no apetece más gustos ni más dichas,
pues libre del temor y la esperanza
es de la nada, y nada le lastima.
El aire brama en fuertes huracanes,
la tierra toda tiembla estremecida,
una escuadra se sorbe el mar airado;
destruye un edificio llama activa.
Perecerá, si perecer le toca,
pero no temblará con cobardía
el sabio corazón que reconoce
que nada pierde con perder la vida.
No reirá cual Heráclito del mundo
vanas perecederas alegrías,
ni cual Demócrito llorará las tristes
funestas consecuencias que las sigan.
Mas como aquel filósofo del Támesis,
huyendo sí, sus engañosas dichas
y los vanos objetos que interpone
para que la verdad se nos resista.
Se entra por los altísimos cipreses
y con el mayor gusto ve y visita
sepulcrales cavernas a quien solo
de la muerte blandones iluminan.
Y leyendo piadosos epitafios
de los pasados, su memoria viva
se complace en tan lúgubre ejercicio
y con cuidado pesa sus cenizas.
Yo exclamaré con él, que aquel imperio
en que la muerte en trono de ruinas
soberana se ostenta a los humanos,
un asilo le ofrece a sus desdichas.
Aquí el alma ha de entrar y aquí es preciso
que el pensamiento siempre se dirija
y para su consuelo, y su remedio
como recreo este paseo admita.
¡Cuán mortal es para el orgullo
y cuán suave a la verdad benigna
de estos cóncavos siempre tenebrosos
el aire que gustoso se respira!
¡Sí, sí divino Young! Contigo entro:
al ver tu ejemplo, mi valor se anima
y de ti acompañado sin recelo
compararé la muerte con la vida.
De aquella el horroroso y triste aspecto
me atreveré a mirar con frente altiva
y en los sepulcros de las almas grandes
las palmas cogeré en tu compañía.
¿Mas dónde voy?... perdona mis discursos,
mi distracción perdona amiga mía,
que del Inglés filósofo la cuarta
noche arrebató mi fantasía.
No, aunque me ves gustosa en mi tristeza,
dejes de condenarla y combatirla;
y no merezco tu piedad, pues necia
huyo el remedio al punto que le indica.
¿Qué tengo desgraciada? ¿Qué me aflige?
No pues ya la costumbre las ha hecho
indiferentes cuasi por continuas.
Es más que te pregunto el corto alivio
que hallaban mis pesares en el día:
era el instante que alternar lograba
contristada mi voz melancolías.
Este corto consuelo, rigurosas
leyes de esta república me presan
por un espacio que cual siglos cuento
aunque los cuenten todos como días.
¡Feliz tú que viviendo en otro mundo
disfrutas la amable compañía
de tus amigas sin que estorbo alguno
incomode lo firme de tu dicha!

María Gertrudis Hore, incluido en Antología de poetas españolas. De la generación del 27 al siglo XV (Alba Editorial, Barcelona, 2018).


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martes, 14 de mayo de 2024

Poema del día: "El escolar perezoso", de Jacques Prévert (Francia, 1900-1977)


Dice no con la cabeza
pero dice sí con el corazón
dice sí a lo que quiere
dice no al profesor
está de pie
lo interrogan
le plantean todos los problemas
de pronto estalla en carcajadas
y borra todo
los números y las palabras
los datos y los nombres
las frases y las trampas
y sin cuidarse de la furia del maestro
ni de los gritos de los niños prodigios
con tizas de todos los colores
sobre el pizarrón del infortunio
dibuja el rostro de la felicidad.

Jacques Prévert en Paroles (1945), incluido en Antología de la poesía surrealista de lengua francesa  (Fabril Editora, Buenos Aires, 1961, selec. de Aldo Pellegrini).


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lunes, 13 de mayo de 2024

Poema del día: "Un finquero recuerda a Lincoln", de Witter Bynner (Estados Unidos, 1881-1968)


“¿Lincoln?”—

Bueno, yo estuve en el antiguo Segundo Regimiento de Maine,
el primer regimiento del Estado del Pino que llegó a Washington?
Claro que no llegué a sentir el olor de la pólvora;
solo estuvimos allá para guardar la capital—
todos nosotros éramos novatos.

Nunca he estado en el teatro en mi vida—
No supe, pues, de qué manera conducirme.
Aún puedo ver tan claro como si fuera mi sombrero el palco en que él estaba
cuando lo tiraron—
¡Créame, amigo, hubo un gran pánico
cuando encontramos que el presidente estaba como estaba!
Nunca vi un soldado en el mundo que no lo quisiera.

Sí, amigo. No se olvidaba su figura así no más.
Era un hombre enjuto,
era un finquero.
Todo estaba muy bien, ya lo creo,
aunque no era bien parecido que se diga,
nada de eso.
Cara flaca, pescuezudo,
y el labio grueso como salido.
Y era un tipo divertido— siempre bromista;
y no estaba tan encumbrado que los muchachos no pudieran hablarle en su manera de ellos.
Cuando yo estaba de servicio en el Hospital,
él solía venir y me decía: “Estás muy bien aquí”.
Animarnos, ve usted.
Y se agachaba y les hablaba a los muchachos—
Y les hablaba con tanta intimidad —tan cariñoso—
Por eso es que le digo que era un hombre del campo.
No le quiero decir que no haya estado bien todo lo de él, me entiende,
nada más que —bueno, yo era un finquero—
Y él era mi vecino, el vecino de todos,
apuesto que hasta a ustedes los jóvenes de ahora les hubiera gustado.

Witter Bynner, incluido en Antología de la poesía norteamericana (Fundación editorial El perro y la rana, Venezuela, 2007, selec. de Ernesto Cardenal, trad. de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal).


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domingo, 12 de mayo de 2024

Poema del día: "En las calles, el amor", de Margaret Atwood (Canadá, 1939)


En las calles
el amor
hoy en día
es una cuestión para
o bien buscadores de carroña
(que tornan la muerte en vida) o bien
(convirtiendo la vida
en muerte) para depredadores

(La dama de la cartelera
con sus blancos dientes
de esmalte y rojas
garras de esmalte, anda tras

          los hombres
          cuando pasan junto a ella
          nunca adivinan que la han traído
          a la vida, o que su
          cuerpo está hecho de cartón, o en sus
          venas fluye la exhausta
          sangre de su deseo)

(Mira, el hombre gris
sus pisadas suaves
como fra-
nela,
se desliza de su cartel

          y las voraces mujeres, viéndole
          tan pulcro,
          bordes nítidos como papel cortado
          ojos limpios
          y agudos como un rótulo,
          quieren poseerlo
          ... ¿estás muerto? ¿estás muerto?
          dicen, confiando...)

Amor, qué vamos a hacer
en las calles hoy en día
y cómo voy yo
a saber que tú
y cómo vas tú a saber
que yo, que

nosotros no somos partes de esta
gente, pedazos pegados con cola
esperando una oportunidad
para cobrar vida

(un día
tocaré la cálida
carne de tu cuello, y escucharé
un tenue crujido de papel

o tú, que piensas
que puedes leer en mi mente
de dentro a fuera, probarás el sabor
de la negra tinta en mi lengua, y hallarás
la letra menuda escrita
justo debajo de mi piel).

Margaret Atwood, incluido en Antología de la poesía anglocanadiense contemporánea  (Los libros de la frontera, Barcelona, 1985, selec. y trad. de Bernd Dietz).


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sábado, 11 de mayo de 2024

Poema del día: "Ama tu ritmo y ritma tus acciones...", de Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916)


Ama tu ritmo y ritma tus acciones
bajo su ley, así como tus versos;
eres un universo de universos
y tu alma una fuente de canciones.

La celeste unidad que presupones
hará brotar en ti mundos diversos,
y al resonar tus números dispersos
pitagoriza en tus constelaciones.

Escucha la retórica divina
del pájaro del aire y la nocturna
irradiación geométrica adivina;

mata la indiferencia taciturna
y engarza perla y perla cristalina
en donde la verdad vuelca su urna.

Rubén Darío en Prosas profanas (2ª ed., 1901), incluido en Antología crítica de la poesía modernista hispanoamericana (Ediciones Hiperión, Madrid, 1992, selec. de José Olivio Jiménez).

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